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Me atrevo a gritar, y sin miedo, que todavía son pocas las cosas que llegan a conmoverme hasta los huesos.
Con los meses reflejo un tanto mas los miedos y las angustias. Imagino... quizás será que los tengo mucho mas asumidos y ya no me cuesta tanto pedir perdón y decir "te quiero", "te extraño", o "ayudame".
Sin embargo entre tanto temor y tanta culpa, se me ocurre una solución probable: reinventarme.
Hacer lo que siempre quise. Portarme mal. Y para pelearla, en lugar de preocuparme por ser un adulto, empeñarme en ser cada vez mas chico. Desatarme, hacer mi juego.
Necesito confrontar con mis premisas de toda la vida, esas que llevo en mi frente desde que me impusieron límites y me convertiría¬ en responsable.

Deconstruir para construir, pero con la naturalidad de un niño, con esa inocencia interminable que tenía antes.
El objetivo: Aprender a pasear con mal tiempo. A sentir con el alma.

Mis claves:

Azar – determinación

Y

Mi destino